dijous, 7 d’octubre del 2004

Carcasa estoica


El sabio estoico carece de vida y de verdad poética interior y es siempre una figura rígida de palo, con la cual no se puede hacer nada. El sabio estoico no sabe qué hacer con su sabiduría y su perfecta calma, su suficiencia, su felicidad. ¡Cuán distintos parecen al lado suyo los victoriosos y libres penitentes que nos pinta la sabiduría védica o el Salvador del cristianismo, aquella magnífica figura llena de vida, de tan grande verdad poética y tan profunda significación, que, a pesar de su perfecta virtud, santidad y sublimidad, se presenta ante nosotros flagelada por todos los dolores de la pasión!

Arthur Schopenhauer, El mundo como voluntad y representación, 84

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